La AAO (Academia Americana de Oftalmología, principal asociación de oftalmólogos en EEUU y en el mundo) ha publicado una actualización de su “Guía de Prácticas Preferentes en la catarata del adulto”, un catálogo de recomendaciones respecto a las cataratas y su cirugía, basado en una exhaustiva revisión de las publicaciones médicas.

A continuación, les resumimos algunas de las principales conclusiones y contenido relevante para los pacientes en este documento.

  • La catarata solo tiene tratamiento quirúrgico: ninguna dieta o tratamiento farmacológico ha demostrado tener efecto en la curación de la catarata.
  • El tratamiento estándar de la catarata en EEUU es la facoemulsificación por micro-incisión con implante de lente intraocular plegable (lo mismo que hacemos los oftalmólogos en España habitualmente).
  • La cirugía de catarata “refractiva” tiene el potencial de reducir la dependencia de gafas del paciente para lejos, media distancia y cerca.
  • Continuamente se van mejorando las lentes intraoculares y las técnicas quirúrgicas.
  • La nueva técnica de cirugía de catarata con láser o FLACS (cirugía de catarata asistida por láser de femtosegundo) todavía no es suficientemente segura ni tiene un adecuado coste/beneficio, comparado con la facoemulsificación.
  • Más del 90% de los pacientes que se operan de catarata del primer ojo notan la mejoría en la visión y en su vida diaria.
  • La mala visión producida por las cataratas son un riesgo para las caídas (fractura de cadera en personas mayores) y favorecen los accidentes de tráfico (2,5 veces más riesgo de accidente).
  • Tras la cirugía de la catarata mejoran: la agudeza visual, los destellos con las luces, la visión de los colores, la visión periférica, la movilidad, la función cognitiva, el sueño y la independencia de los pacientes.
  • No hay ninguna prueba que por sí sola pueda determinar cuánta influencia está teniendo la catarata en la calidad de vida del paciente. La medición de la agudeza visual de lejos no es suficiente para determinar si el paciente precisa cirugía. Por lo tanto, la decisión de intervenir debe basarse en la repercusión de la catarata en la vida diaria del paciente.
  • El oftalmólogo debe explorar al paciente con los medios adecuados para determinar si, además de la catarata, hay otras patologías asociadas que determinen disminución visual. Algunas técnicas sofisticadas como OCT o topografía quedan a juicio del oftalmólogo si realizarlas o no, previa a la cirugía.
  • Los siguientes factores aumentan el riesgo de padecer cataratas, según se ha demostrado en estudios: tabaquismo, falta de ejercicio físico, exposición al sol (o luz ultravioleta), diabetes, obesidad, hipertensión arterial, aumento del colesterol y triglicéridos, tratamientos con cortisona.
  • Otras indicaciones, aparte de la pérdida de visión, para operar una catarata son: que produzca mucha diferencia de la graduación entre los ojos, que no deje explorar la retina, que produzca inflamación o que la catarata estreche la cámara anterior y haya riesgo de glaucoma agudo.
  • No está indicado realizar un estudio preoperatorio (analíticas, etc) en todos los pacientes, tan solo en aquellos de alto riesgo.
  • No es necesario suspender los anticoagulantes (Sintrom,  Xarelto) ni los antiagregantes (aspirina, AAS, Adiro) en la cirugía de catarata hoy en día.

El texto completo (en inglés) puede consultarse en www.aao.org 

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