La retina es la membrana que se encarga de transmitir la luz hacia la corteza visual, a través del nervio óptico, mediante impulsos eléctricos. Está formada por neuronas y es extremadamente delicada y tiene un alto consumo de oxígeno.
La mácula es el centro de la retina, la responsable de la visión fina como letras y caras.
Las enfermedades de la mácula afectan de forma importante a la visión. Entre las más frecuentes está la degeneración macular asociada a la edad o DMAE. Esta alteración ocurre generalmente en personas mayores y supone un deterioro de la visión central, que aunque nunca conduce a la ceguera, produce una dificultad importante en las tareas cotidianas y puede impedir de forma definitiva la lectura y la conducción.
Un importante instrumento de diagnóstico es la OCT o Tomografía de Coherencia Óptica, en la cual un láser realiza un barrido que nos permite observar con gran detalle la mácula. Es la imagen de arriba donde puede verse que una escala de colores resalta cada capa de la retina, desde la membrana limitante interna hasta la coroides. Las líneas rojas corresponden al epitelio pigmentario de la retina y debajo puede verse la coroides o capa vascular con espacios ópticamente vacíos.